miércoles, 14 de diciembre de 2011

Relato de Pedro: Ser adolescente es complicado

Este es un relato de Pedro quien me ha dado su permiso para publicarlo en el blog; es un relato corto de alrededor tres páginas de word y aquí os lo dejo.

Quizás soy yo el que no sepa, quizás son los demás quienes no me enseñan, quizás es este mundo de locos, o quizás simplemente estoy loco.
Me levanté a las doce de la mañana, no había nadie en casa, mis padres se habían ido de viaje con mi “adorable” hermana pequeña; yo había quedado con Paco y Javier para ir al cine, aunque no sabía que películas podríamos ver.
El timbre sonó y supe que iba a ser Paco o Javier quienes me estarían esperando para ir al cine; baje corriendo las escaleras aunque seguía en pijama, abrí la puerta velozmente y fui a saludar cuando de repente me di cuenta de que no eran mis amigos. Eran mis vecinas; mis vecinas era unas chicas, con padres por supuesto, de mi instituto, las dos eran unas pesadas y por lo que me contaban de ellas, les gustaba yo, ninguna de las dos me gustaba, pero quería aparentar que sí, jugaba con sus sentimientos, si mi hermana se enterase estaría todo el día diciéndome lo feo que estaba eso, pero a mí me gustaba hacer de rabiar a las chicas.
Las dos chicas se quedaron mirándome, entonces vi bien sonreír de esa forma poco normal para hacer que estas se desplomen, era divertido ver como se desmayaban a tus pies.
Como pensé que no irían a decirme nada, cerré la puerta de golpe y subí a mi cuarto a cambiarme. Tras quince minutos más o menos, el timbre volvió a sonar, pensé que serían otra vez mis vecinas, pero no lo fueron, eran mis amigos esta vez.
Sonreí complacido de ver como ya no estaban esas pesadas insoportables. Así que cerré mi casa y nos fuimos al cine. No esperaba encontrarme a ninguna chica guapa, ni en la cola ni en la misma sala; qué equivocado estaba; entramos en la sala donde veríamos la película y justo cuando estábamos subiendo para sentarnos, vi a una chica que me impactó, su amiga era rubita, con un flequillo que no le quedaba nada bien y llevaba gafas, en cambio la otra era morena, sí tenía los ojos marrones, pero aun así seguía siendo guapa; mientras que su amiga iba completamente tapada y de negro; ella iba con una falda y una camiseta de colores apagados pero no negros.

La amiga me miró y empezó a comentar con ella, no sabía el nombre de ninguna de las dos, aunque solo quería saber el de la chica morena. Ella, la morena, se giró y me miró, bueno creo que miró a mis dos amigos, pero creo que a mí también me miro, mientras subíamos hacia nuestras butacas, ella empezó a sonreír, tenía una sonrisa muy bonita, pero se volvió a girar para hablar con la rubita, entre las dos cuchicheaban cosas, pero creí saber de qué hablaban. Llegamos a nuestras butacas casualmente encima de las suyas, quise ponerme justo debajo de ella, pero Paco se colocó allí y yo me puse justo encima de la butaca de la amiga.

Ella se giró me miro  volvió a atender a su amiga quien casi chillo que no fuese tan cantosa. Pero entonces se volvió a girar y esta vez se puso en frente mío.
—Hola, me llamo Irene, y mi amiga Cristina quiere saber cómo te llamas.
La maldita trampa del amor, le gustaba a su amiga pero parecía que a ella no.
—Encantado—Dije sin poder dejar de poner esa sonrisa que horas antes habían conseguido desmayar a mis vecinas—Soy Pedro, y quisiera si no es mucho pedir tu teléfono.
Irene, ya podía llamarla por su nombre, ella cogió el móvil de su amiga y me fue dictando la secuencia de números. Su amiga no miraba y estaba muy nerviosa. Mi amigos me miraban con los ojos como platos y asintiendo con cara de tontos.
Cuando terminó se levantó un poco más de su asiento se puso la mano a un lado de la boca para que su amiga no se diese cuenta de lo que decía.
—No la llames muy pronto no suele madrugar mucho.
Se refería a su amiga, me había dado el teléfono de su amiga, yo quería el suyo no el de su amiga, su amiga no me interesaba para nada.
Tuve la necesidad de decirle que quería su número no el de su amiga, pero Javier se me adelanto.
—Y me das tu el tuyo, por cierto me llamo Javier—Dijo tendiéndola la mano. Ella la estrechó sin dejar de sonreír.
Pero ahora su sonrisa era un poco más nerviosa y tensa.
—Quizás otro día no me lo sé y no lo tengo en el móvil.
Javier se entristeció un poco pero no como para dejarlo ver, aquella chica era fácil de impresionar pero ante todo, era mi chica fácil de impresionar. Miré furioso a mi amigo y los amenacé a los dos.

La película empezó, no dejaba de aparecer sangre en la película, su amiga chillaba como una descosida en cambio la otra no lo hacía. En la película había un chico y una chica, que se querían mutuamente y todas esas cosas morbosas. Pero me pasé un buen rato de la peli mirando la cara de asco que ponía Irene al ver toda esa sangre, que para el colmo era de un color verde moco.
La película se acabó y ellas empezaron a recoger sus cosas. Se iban a ir cuando se despidió Irene, mientras que Cristina seguía con la cabeza baja, mirando por alguna parte. Quise probar suerte una vez más.
—Querrías tener una cita conmigo, como para conocernos y eso…
Podría haber dicho que sí, pero en cambio pareció estar confusa. Irene negó con la cabeza.
—No lo siento mis padres no me dejan quedar con desconocidos y tú prácticamente eres uno de ellos.
Esto de ser un adolescente es muy complicado, tus padres no te dejan hacer cosas, te prohíben hacer otras, te castigas si desobedeces y para colmo tienes la necesidad de hacer todo lo contrario a lo que dicen.

Asentí triste mientras ella se daba media vuelta y salía de la sala con su amiga cuchicheando algo una vez más, hasta que justo antes de salir, en el último momento me sonrió un poco triste y se despidió con la mano. La perdí, quizás no la volviese a ver nunca, y desde luego había sido un flechazo, había sido idiota, tenía que haber insistido más, cada vez me parecía más complicada la adolescencia, cambios de humor y estilos diferentes, sentimientos nunca antes experimentados, cosas muy nuevas y extrañas a la vez que…complicadas.



Pedro me ha pedido que ponga agradecimientos de su parte asique:
Pedro quiere dar la s gracias a su novia actual que fue esta Irene, su historia de amor empezó así y aun siguen juntos, llevan unos meses y me dice que es muy feliz con ella, asique felicidades. Tambien le quiere dar las gracias a sus amigos Paco y Javier por sertal y como son. Aunque hayan sido un poco pesados en algunos momentos. Gracias a toda la gente que ha perdido el tiempo leyendolo y tambien me da las gracias a mí por haberle hecho quedar en tercera posición; aunque te lo has merecido Pedro, enhorabuena. Las últimas "gracias" son para la familia de Pedro por dejarle un ordenador par encontrar este blog.

Espero que os haya gustado mucho. Adiós.

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